Cuando toca se derrama,
y cuando cubre sus labios, la quema.
Corta sus alas por no proyectar su sombra
Pues le pesa mas que el mismo cuerpo.
Alma en su instrumento enclaustrada
en su ataúd de acre
las notas no escapan
(solo se pintan)
quien la oyera entendería
que se ahoga con plumas ensangrentadas.
Pequeña niña amada
como un ángel caído en desgracia,
pareciera que un incendio
arrasara con los bosques de tus ojos,
sesgos de felicidad que la ignorancia
arrancó de los cuentos infantiles,
nunca queriendo crecer pues gozas siendo incomprendida.
Por eso mentías cuando me quitaba la sombra
para poder acogerte mejor,
esperando que las lágrimas compartidas
oxidaran la mascara que guardabas.
Ahora tus tonterías parecen efímeras.
Se que sufres, y yo también sufro a ratos
cuando tus lamentos recojo de la bruma.
Más aún porque te se culpable
y he debido abandonarte para recuperar mi sombra,
dejándote atada a tus consuelos infantiles
por hedonista yo, y tú por cobarde.
-Sinclairlim-
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